"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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23-07-2012 |
Con Argentina y Brasil: maniobra abortada
El mundo es dominado por lo que Samir Amín llama “oligarquía” , la que dirige desde el -que Fidel Castro llama- “Club de Bilderberg” . Es la burguesía trasnacionalizada, con socios menores, rentistas o accionistas felices en diversas regiones y el séquito de funcionarios eclesiásticos, militares, políticos, intelectuales. Ese bloque de clases dominante (los dueños del capital, del poder militar, de los grandes medios de comunicación y sus servidores) apuesta al dominio del gran capital imperialista, cuyos centros están en Estados Unidos y la Unión Europea. Se opone a cualquier alteración de su orden, como la aparición de nuevos bloques de naciones (MERCOSUR, UNASUR o la CELAC ). Trata de que no crezcan, que se desintegren, para afirmar la sujeción de los Estados Nacionales vía TLC y acuerdos militares.
En el MERCOSUR Paraguay ha sido el punto débil político de la integración. El gobierno de Lugo significó una luz de esperanza, pero una cosa es el gobierno y otra el poder, en manos del bloque dominante. Y éste ha actuado buscando que el MERCOSUR no crezca, que se desintegre. El Senado paraguayo ha impedido por años el ingreso de Venezuela. Ahora, próximo a las elecciones destituye a Lugo en un golpe de nuevo tipo *. Mientras acá, los partidos representativos de ese bloque (blancos, colorados e “independientes”) exigen el retiro de Uruguay como miembro pleno. Sueñan, ¡qué bueno sería que Paraguay y Uruguay se retiraran como miembros plenos! La maniobra venía fina. Lacalle, Jorge Batlle, Sanguinetti, Mieres quieren socios fuertes y lejanos, y que Uruguay juegue otra vez de Estado tapón disolvente.
Pero el tiro les ha salido por la culata: no contaron con el contragolpe certero, la alianza de Argentina, Brasil y Uruguay votando el ingreso de Venezuela, guiados por la sabiduría y firmeza demostrada por Dilma. Nicholas Spykman en “Estados Unidos frente al mundo” (1942) diseña la estrategia imperialista para la región. Sostiene que su país hereda la política británica de equilibrio de poderes y que para dominar necesita aliados, satelizar a naciones a su servicio e impedir alianzas nocivas. Propone en América la integración liderada por Estados Unidos, para lo cual es vital mantener enfrentados a Argentina y Brasil, pues su unión agruparía a las restantes repúblicas del sur independizándolas de EE. UU. El “Consenso de Buenos Aires” (2003) firmado por Lula y Kirchner echa por tierra esa pretensión. Y el Uruguay de Mujica y del Frente Amplio se ha sumado a sus vecinos, abortando la maniobra de aislar a Argentina y Brasil, por la vía de golpear sobre los socios menores (Paraguay y Uruguay) que tienen contradicciones con los mayores. El objetivo principal es político, aún más importante que las ventajas económicas que puedan lograrse.
En Paraguay había que apurarse: Lugo sin poder enfrentar a los dueños del Paraguay, al menos intentaba decisiones que iban desde frenar los negociados de Monsanto a impedir que cuantiosos fondos fueran a manos de operadores políticos, o peor, que pudiera obstaculizar la proyectada base norteamericana en el Chaco. Más grave aún, su presencia alentaba a los campesinos sin tierras y a “indignados” que en jornadas en distintas ciudades reunieron masivas concentraciones a través de las redes sociales, inaugurando la “cultura de la protesta”.
Con el contragolpe de Mendoza ingresando a Venezuela como Estado pleno Nuestra América da un gran paso de emancipación, de afirmación del Frente Unido Anti Imperialista, superando la traba del Senado paraguayo, corrupto, reaccionario, opuesto a la integración. Es destacable que el Dr. Lacalle considere que se vive “un momento patético en la historia de América”. O que Mujica diga que se ha dado un paso adelante en la profundización de la integración del MERCOSUR, a la que seguirá el ingreso de Bolivia, Ecuador, etc. Esta es la alianza estratégica que nos vuelve soberanos. Si Venancio Flores fue el títere de la agresión colonialista a Paraguay, Mujica pasa a ser una pieza distinguida en la solidaridad con el pueblo paraguayo, contra el poder oligárquico gobernante. Y ello pese a la debilidad de Almagro (que puso a Uruguay en la vergonzante actitud del “yo no fui ”) o la opinión de Astori quien calificó el ingreso de Venezuela como “herida letal” al MERCOSUR, ubicándose junto a la oposición.
Es conocida la maniobra del ladrón descubierto, que apuntando hacia otro grita “¡al ladrón, al ladrón!”. Los serviles al imperialismo parafraseando al ladrón descubierto, gritan a Mujica y al gobierno “¡al servil, al servil!”. Alegan que Paraguay fue “intervenido”, víctima de otra Triple Alianza y que deudores de Venezuela, Argentina y Uruguay le pagaron con el favor del ingreso al MERCOSUR, actitud propia de ellos. Felicitaciones Pepe: Uruguay se ha negado a ser Estado tapón.
* NOTA. El artículo del 3/7/12 fue titulado “Las alianzas y el golpe en Paraguay”. No puse “golpe parlamentario”, caracterización que no comparto.
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